jueves, 25 de marzo de 2010

¿exigente?

Sí... Tal vez con los años a todos nos pasa...
Creo que me he vuelto demasiado exigente con los años, o tal vez es que antes me conformaba con demasiado poco. Lo quiero todo, todo o nada, pero no medias tintas o apariencias engañosas de a saber qué realidad...

Todo ser esta hecho para la trascendencia, y no es que yo sea así de original, está comprobado: son... simplemente... ¡exigencias de todo corazón! Lo dice la psicopedagogía... y es gratificante encontrar argumentos que refuercen las convicciones que uno tiene en el fondo de su ser... aun sin darse cuenta.

De esta manera cuando nos sentimos frustados, solos, vacíos... tan solo estamos experimentado ese anhelo de trascender, de tener más amor, y... es lo que pasa con las cosas intangibles, que al no tener medida, por mucho que tengamos, siempre necesitamos más... Es como una droga sin la que no podemos pasar, que ansiamos para sobrevivir en este ingrato mundo donde prima todo lo demás, donde los sentimientos se han dejado de valorar (al menos de valorar como deberíamos).

Hoy me ha dado por divagar... Quizá es que dentro de mí ese anhelo de trascender lucha hoy más que ayer por sobrevivir, porque le otorgue el espacio que debé ocupar en mi vida, que merece por el mero hecho de existir, porque deje de dar prioridad a tanta superficialidad y a su demostración material...


Hay cadenas más fuertes que el acero... y son las de la propia voluntad...


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