Esta noche he recordado un poemilla de Luis Cernuda que me encanta... y quería dejar constancia en esta entradilla de él, un regalo para quien lo quiera leer...
No decía palabras...
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.
Tenía gana de escribir pero, lo cierto, es que no me encuentro muy inspirada que digamos... más bien estoy "receptiva" en otro sentido... con cada centímetro de la piel deseando tus... (si, es contigo! quién más si no iba a ocupar esta cabecita loca y corazón día y noche?! ^^) ...Cómo iba diciendo (pierdo el hilo tan fácilmente cuando te pienso cerca...): ...tus furtivas caricias, aparentemente casuales, mientras yo (casualmente también) me hago la despistada...
Quería decirte algo...
pero nada puede llegar a rozar, siquiera de lejos, una definición acorde a cada nuevo sentimiento que despiertas en mí...