viernes, 16 de abril de 2010

La cruda realidad

Hasta las películas "chorras", de pasar un ratico, tienen un trasfondo si uno está receptivo... (Y yo, estos días, estoy... que no sé dónde estoy, dónde dejo de estar o dónde quiero acabar...)


La otra noche me puse dicha peli para entretenerme, la típica comedia romántica comercial. Me reí un montón y no le di más importancia...

...pero fue acostarme y empezar a pensar...

(Una costumbre mía bastante usual, arraigada ya, para variar... Es echarme a dormir... y por mi mente pasa de todo menos eso: ¡la idea de dormir! Tal vez es que el final del día es el momento idóneo para recapitular, reflexionar, pensar como ha ido el día, qué tendría que mejorar...)

A lo que iba, que me voy por los cerros de Úbeda...

Que mientras, soñolienta, pensaba... en tí, en mí, en los dos, en quienes tengo alrededor... y todos los vaivenes que surgen con cada uno... y le daba vueltas y vueltas a la necesidad de aceptar a cada cual como es, sin intentar cambiarlo, viendo sus virtudes o incluso los "defectillos" como algo propio, íntimo y mágico de cada persona...

Sí queremos a alguien por cómo es... por el mundo diferente que nos da a conocer en cada gesto, cada palabra, cada manía... ¿para qué vamos a intentar moldear a nadie nuestro antojo? Los sentimientos, si son verdaderos, aceptan y no condicionan, aman los pequeños defectos en lugar de intentar cambiarlos... Porque en esas pequeñas cosas está la esencia de las personas y el verdadero motivo por el cual nos gusta tenerlas cerca... ^^

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