Mis alas ya no están rotas…
poco a poco las he ido pegando
con cera, cual hizo Dédalo,
pero… a pesar de ser preciosas
no son eternas…
No hay que olvidar que
si vuelas muy cerca del sol,
se derretirán y volverás a caer…
No debemos dejar que nos ciegue su luz…
ni ahogarnos en un mar de dudas
que arroje sal a nuestras heridas…
sólo, disfrutar,
disfrutar del vuelo mientras dure,
teniendo presente que la brisa que nos conduce
puede dejar de soplar…


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